Las actitudes exaltadas, mal educadas e irracionales están fuera de lugar. No tienen cabida en nuestra sociedad, y menos en unos funerales de Estado.Igual que solicitamos con insistencia la condena del terrorismo a asociaciones y partidos políticos, reclamo, exijo al Partido Popular que condene públicamente estos comportamientos que rebosan violencia y enfrentamiento visceral.
No cabe duda que existe una derecha dura e integrista que es facilmente manipulable desde posiciones interesadas y con fines espúreos.
A estos jubilados de clase media y banderita española les exigiría que focalizaran sus energías en la consecución de mejores pensiones para sus coetáneos menos afortunados, y si eso atenta contra sus principios de clase, que se vayan a aprender sevillanas en su club de la tercera edad y nos dejen en paz.
No nos engañan, no les duelen las muertes más que a nosotros, simplemente vociferan tratando de disimular su ególatra cinismo.
