
25 de diciembre de 2006. "¿Es aún necesario un Salvador para el hombre que ha alcanzado la Luna y Marte, y se dispone a conquistar el universo; para el hombre que investiga sin límites los secretos de la naturaleza y logra descifrar hasta los fascinantes códigos del genoma humano? ¿Necesita un Salvador el hombre que ha inventado la comunicación interactiva, que navega en el océano virtual de internet y que, gracias a las más modernas y avanzadas tecnologías mediáticas, ha convertido la Tierra, esta gran casa común, en una pequeña aldea global? Este hombre del siglo veintiuno, artífice autosuficiente y seguro de la propia suerte, se presenta como productor entusiasta de éxitos indiscutibles. Lo parece, pero no es así".
Así comenzaba su mensaje de Navidad Benedicto XVI, desde su balcon en la Basilica de San Pedro, antes de impartir su bendición Urbi et Orbi.
¿Necesitamos un salvador? ¿Un salvador mesianico? ¿Un Gandhi? ¿Un Bin Laden? Creo que no. Nos sobran mesías, telepredicadores e iluminados, nos sobran politicos incompetentes y mangantes. Lean este pequeño discurso politico, empasten la voz y haganlo en voz alta, como si estuvieran en un mitin.
Los nuevos políticos
En nuestro partido político cumplimos con lo que prometemos.
Sólo los imbéciles pueden creer que
no lucharemos contra la corrupción.
Porque si hay algo seguro para nosotros es que
la honestidad y la transparencia son fundamentales
para alcanzar nuestros ideales.
Demostraremos que es una gran estupidez creer que
las mafias seguirán formando parte del gobierno
como en otros tiempos.
Aseguramos sin resquicio de duda que
la justicia social será el fin principal de nuestro mandato.
Pese a eso, todavía hay gente estúpida que piensa que
se pueda seguir gobernando con las artimañas de la vieja política.
Cuando asumamos el poder, haremos lo imposible para que
se acaben las situaciones privilegiadas y el tráfico de influencias.
No permitiremos de ningún modo que
nuestros niños tengan una formación insuficiente.
Cumpliremos nuestros propósitos aunque
los recursos económicos se hayan agotado.
Ejerceremos el poder hasta que
comprendan desde ahora que
Somos la «nueva política».
Suena a hueco, ¿Verdad?. Hagan una cosa, leanlo ahora de abajo para arriba, tal vez les guste mas así.
Las palabras, si no se cargan con verdadera intencionalidad, son solo eso, palabras. No necesitamos salvadores, necesitamos armarnos de buenas intenciones y de amor al projimo, combatir la desigualdad y la injusticia, el hambre y la pobreza y, creanme, para eso estamoss capacitados. Otra cosa es que queramos hacerlo.
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