
Confieso que no he leído, salvo El Maestro de Esgrima, las novelas de este autor. Me han alejado de su lectura los artículos que publica en XL Semanal, siempre me parecieron demagogos y populacheros, pero en fin, quizás no este siendo objetivo y todo sea producto de la envidia.
Envidia de sus horas de navegación en solitario, de ese poder de abstracción para meterse en sus mundos, y esa capacidad de escribir, como si vomitara las palabras sobre el papel. "Los españoles somos analfabetos en manos de sinvergüenzas" dices y me ganas como fan. Llevo años diciendo lo mismo, quizás con otras palabras. Hay una silenciosa rabia en la frase, una rabia de impotencia, de incapacidad, de desanimo, de fatalismo patrio. Ahora, seamos sinceros, tal vez tú puedas hacer algo más por el cambio que yo. De hecho ya lo haces con tu capacidad de convocatoria.
"Hace mucho tiempo que no llamaba hijo de puta a nadie en esta página. Se lo prometí a mi madre, a mi confesor y a una señora de Pamplona que me paró por la calle para darme la bronca. Pero hay días en que el impulso resulta más poderoso que las buenas intenciones. Hijos de puta. Hijos de la grandísima puta."
Tienes toda la razón, puedes permitírtelo. Me adhiero. Tu y yo sabemos a quien te refieres y espero, por mi salud mental, que no seamos los únicos.
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