¡¡Vaya demócratas!! es como si se llevaran de la iglesia un puñado de hostias para repartirlas entre los amigos y, así, salvarles del infierno. ¡¡Buenos feligreses!!.
Se merecen un rejón de castigo en todo lo alto, por tramposos y tontos. Se nota que falta autoestima y confianza en su proyecto. Nadie quiere perder su sillón. Un sillón de chupatintas pelota. Y, a tantos y tantos tontos útiles (Auxiliares, monjas, curas, etc) que cuidan de ancianos e impedidos, tengan, al menos, la decencia de respetar su última decisión intelectual posible. Una decisión que los considera y valora en una medida, que quizás la sociedad ya no hace. Los considera y reconoce como ciudadanos.
He visto dubitativo y balbuceante al Sr. Rajoy, cuando le han preguntado por sus ingresos. Lo he visto firme y contundente afirmando su incondicional amor de padre. Le he visto representar un papel aprendido y mil veces repetido y me pregunto ¿Está él realmente convencido de lo que defiende? Le percibo, como político, impuro, falso, fingido cual marioneta bien pagada, representando el papel que le han asignado y conculcando sus propias convicciones.
Sé que este país es sabio cuando llega la hora de votar y auguro un importante deslizamiento del voto hacia las izquierdas puras, locales y nacionales. Espero no equivocarme.
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