sábado, 10 de marzo de 2007

Dia de crispación nacional


Hoy, los medios informativos se frotan las manos. Va a ser un gran día para ellos, la calle se llenara de descontento y revindicación. Se revindican agravios estúpidos, frente a necesidades reales. Observo atónito como la masa es manipulada y empujada hacia la estupidez. Me siento mal, descontento, estafado, parece como si todos mis conciudadanos se hubiesen vuelto locos.
Seguramente toda esta gente que sale a la calle con banderas e insuflados del patriotismo partidista del PP, son los mismos que hace tres años reprochaban, de la misma manera, la guerra de Iraq al entonces Presidente Aznar.
Algo esta pasando en este país que no acertamos a descifrar. Yo me apunto a la teoría de la distracción. Se condicionan nuestras emociones y descontentos y, con un cinismo impenitente, mas cuatro mentiras mil veces repetidas, se nos pastorea por prados estériles para que nos entretengamos con las piedras.
¡¡¡¡¡¡Jooodeeer!!!!! ¿Creen que De Juana Chaos, merece toda esta atención?

En todo el país existe un grave problema de vivienda. Crece la demanda de habitaciones en realquiler.
Las pensiones y el Salario Mínimo son una mierda.
Las ayudas a las familias por hijo, son de escandalo. Vergonzosas.
La famosa Ley de Dependencia no se concreta.
Los constructores entran a saco en la Lista de Forbes. Dice Mahatma Ghandi "En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos".

Los salarios reales son de pura explotación. "Mileuristas" por doquier.

¿Es que no os dais cuenta? Nos entretienen, peor todavía, nos azuzan a unos contra otros mientras ellos se llenan sus bolsillos y luchan por prebendas. Utilizan nuestro descontento en su propio beneficio. Llegará el día, eso espero, que nuestro descontento les estalle en la cara.

Tras mis propias disquisiciones os pego un articulo de opinión de mi admirado Manuel Rivas en El País.

"La crispación no es sólo una estrategia política: es un modo de vida, un negocio, un estilo y un género artístico. La variante castiza del suspense. Un género chico, pero muy funcional. En lo económico, en la España de hoy rige una especie de confort hipotecado. Un bienestar a plazos. Hay mucha gente, más de la que parece, que lo pasa mal. Pero los deslocalizados, los mileuristas, las criadas e inmigrantes sobreexplotados, los accidentados laborales, las víctimas de la corrosión competitiva, todos ellos constituyen una "zona de sombra humana" en la exuberancia estadística donde brincan al charlestón las cuentas bancarias. La iniciativa de mayor calado social del Gobierno, la Ley de Dependencia (¡pena de nombre cuando existe la palabra solidaridad!), sólo parece haber obtenido un eco subterráneo. La cuestión social está eclipsada. La realidad ha sido arrancada del calendario y todo el ruido lo ocupa ese género indeterminado de la crispación. No tenemos genios artísticos de la intriga como Alfred Hitchcock o Patricia Highsmith, pero tenemos taimados guionistas de la crispación, especialistas en capturar leones en Escocia. Fue Hitchcock quien inventó el término macguffin para designar la clave de un suspense. ¿Cómo identificar un macguffin? Hitchcock lo explicaba con un diálogo de pasajeros en un tren inglés. "¿Qué es ese paquete?", preguntaba uno. "Es un macguffin", aclaró el del paquete. "¿Y para qué sirve?". "Para atrapar leones en Escocia". A lo que el otro respondió con asombro. "¡No hay leones en Escocia!". "Pues entonces", dijo el dueño de la cosa, "no hay macguffin". Imaginemos por una pista de las Highlands a Mariano Rajoy, Acebes y Esperanza Aguirre en un 4x4 conducido por el avispado gaviero Zaplana, claro, y Aznar de circunspecto copiloto. Cualquier paisano escocés se dará cuenta, a la primera, de que son cazadores españoles a la captura de los famosos leones inexistentes. En eso consiste la crispación. En ir, desde la pérdida del poder, detrás de un macguffin mutante. El matrimonio homosexual. El Estatut. La asignatura católica. Y el ridículo macguffin a cuenta del 11-M. Ahora, una manipulación penitenciaria que dejaría atónita y abatida a doña Concepción Arenal. La pregunta es: ¿cuántos leones inexistentes quedan en Escocia?"

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