domingo, 2 de agosto de 2009

Una buena oposición II

Alguien se ha enfadado mucho conmigo, por mis comentarios sobre la música militar. Me hace una serie de imperativas preguntas que contestaré, por si puedo aclarar algunos conceptos.
No considero ilícito la existencia de música militar, ni el "bakalao", ni el "chotis", ni los tonos telefónicos. Diríamos que soy un gran amante y consumidor de música y, puestos a escoger me inclinaría por la ópera y los clásicos standars de los 60 y 70.
No me avergüenzan u ofenden, ni me escandalizan los himnos militares. Tampoco me ponen la piel de gallina.
Al debate político, al debate de las ideas hemos de ir desprovistos de sables, medallas, banderas y bandas de música. Por supuesto que un militar puede tener ideas políticas, derechos políticos y de sindicación como cualquier otro ciudadano, pero a la hora de debatir una idea política, a la hora de entregar su voto, no vale mas que un fontanero o una ama de casa.
En mi opinión, bajo el ondear de banderas y palios, se han cometido atroces crímenes contra la humanidad, los peores. Y esto es así por que quienes las ondean y sostienen, no dejan de ser unos obtusos integristas que a base de golpes de pecho se consideran dueños de la razón.
Constantemente, en estos días de política convulsa (¿cuando no lo son?), me viene a la cabeza un viejo adagio referido a la política "La derecha odia a las izquierdas y, las izquierdas desprecian a las derechas" El odio podría llegar a convertirse en amor, dicen. El desprecio podría ser primo de la indiferencia. Pero las diferencias entre odio y desprecio son irreductibles, eternas.
No añadamos banderas, palios, o cualquier otro símbolo integrista que tienda a subrayar nuestras razones.
Puedo admitir que existan partidos con todo tipo de ideas políticas, siempre que las expresen educadamente con sus palabras. Y, si a nivel interno les ponen las banderas y los himnos, pues vale. No será mi sitio, pero vale.
En este país hay una seria inflación de políticos, de partidos. Y no me extraña, visto como viven.
Estoy y sigo a Enrique de Diego por que expresa unas ideas básicas reductistas de esta situación.
Y lo que, particularmente me gustaría, es que Clases Medias se convirtiera en un Lobby poderoso, capaz de gestionar 2 - 3 millones de votos. Hay mucha gente desencantada con los políticos, pero es que no son políticos, viven de la política.
Me reafirmo, le pido disculpas a D. Gonzalo Artigao si he podido ofenderle. Por cierto escribe muy bien. Empleemos nuestras capacidades en cosas practicas, va a llegar un nuevo curso y nuestro camino no es el de las manifestaciones con banderas e himnos, tenemos que convencer con ideas, con criticas constructivas, incluso con moderación. Hay una gran masa de votantes que no sabe que hacer con su voto. Ayudemos. Ganemos esa batalla. Gestionemos como un fuerte Lobby su voto.
Esa es mi opinión y también mi sueño. Hay que cambiar esto. Pero lo siento Sr. Artigao, sigo pensando que los himnos no son el camino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Francamente, su texto me parece un aburrimiento integral, no he conseguido pasar del primer cuarto del mismo, Dios, ¡¡¡¡QUE SOPOR!!!!