martes, 20 de octubre de 2009

Nos estamos "italianizando"

Nos lo merecemos por mendrugos. Gürtel, Mercasevilla, Millet, La Muela, Marbella, Chaves, etc. etc. Una casta política corrupta, por acción u omisión. Una Justicia corrupta, sometida a la política, vendida al poder por un plato de....percebes. Una ciudadanía adormecida y resignada a un futuro que no merece. Todo indica que seguimos los mismos pasos que antes recorrió Italia, le echamos de vez en cuando miradas de conmiseración, y de una alegría insana, cuando vemos sus defectos y debilidades. ¿Como nos verán nuestros vecinos de Europa? Estamos desvertebrando el país en taifa's y nuestra sociedad civil no dispone del ingenio italiano para vivir de espalda a la política, estamos demasiado subvencionados, demasiado intervenidos por el poder político.
Necesitamos una revolución. Necesitamos una manifestación cada domingo. Necesitamos que nuestros docentes mejor preparados exijan y dirijan unos nuevos planes de estudio, una nueva educación. Necesitamos que esos cientos de jóvenes jueces, recién salidos de las oposiciones, mantengan su ilusión y vocación unos años, los suficientes para empujar para arriba y echar, literalmente, de la judicatura a unos acartonados y corruptos escribas amanuenses, incapaces de encender un ordenador.
Necesitamos lideres, pastores. El domingo pasado los españoles, de taifas diferentes, se manifestaron por la vida. ¿Por que no, por la Educación, por la Justicia, por el Empleo,? Como vulgarmente se dice, la pelota esta en nuestro tejado. De nosotros depende una revolución que cambie y regenere nuestra sociedad.

2 comentarios:

Javier dijo...

Si con el número de parados, y según todos los analistas subiendo, todavía no nos hemos echado a la calle...
Los sindicatos nunca morderán la mano que les da de comer y los trabajadores se dejan llevar por estómagos agradecidos.
Porca miseria (eso es italiano, no?)

cronosantiques dijo...

Sí, nos estamos italianizando, pero sólo para lo malo, Italia tiene más glamour. Nosotros somos una panda de patéticos descamisados que durante unos años comimos caliente. Ahora toca volver a la caspa antigua.