lunes, 8 de febrero de 2010

La conversión de Saulo

De como un estulto, y socialista, fariseo ve la luz y se convierte en un new neocon en Washington. Aleluya, aleluya.
Siempre dije que puestos a escoger entre un político trincón y otro tonto, era preferible el primero. Este puede hacerte un roto, pero el segundo puede arruinar el país. Pero para qué ahondar mas en la herida. Es el momento de pagar los platos rotos.
No es tiempo de nuevas elecciones, ni mociones de ningún tipo. Por tonto que sea el Sr. Zapatero podemos estar seguros que sabe perfectamente los alcances de su política. Él debe solucionar el entuerto y hacer mutis por el foro. Él con la ayuda de su partido, una partido que será denostado y rechazado por lustros. Es el momento en que deben demostrar que realmente se trata de una organización política con capacidad para gobernar, no importan ya los nombres, ni los cargos, es el propio partido el que se juega su existencia, su proyección futura, su esencia social.
El pueblo gobernado, no es tonto (ni siquiera los votantes socialistas) y saben que les va a costar sudor y lagrimas pagar la factura. Pero, cuidado con esa factura, la casta política ha cometido demasiados desafueros y desmanes en el ejercicio de su función, como para que les sean perdonados gentilmente.
Limpien primero su casa los políticos, reduzcan sus costos a niveles comprensibles para la sociedad. Reduzcan su número (es fácil, prescindiendo de mangantes y conseguidores). Modifiquen la Constitución, la Ley Electoral, la Ley de la Función Pública, la Justicia, como ven hay faena. Si Vds. hacen todo esto, tal vez consigan la autoridad suficiente como para pedir sacrificios al pueblo. Mientras tanto, nos veremos en las barricadas. Entiendaseme.
Querido Presidente deseo qué, como Saulo fariseo entre fariseos, hayas visto la Luz en Washington y, si no convertido, al menos hayas aprendido algo.

Solo hay un poder, el dinero.

Democracia, ideologias, religiones... Entretenimiento para las masas, mientras el mundo se define día a día. Dinero. Dinero, dinero y... esclavos. Excesivos esclavos, demasiada mano de obra barata dispuesta a la esclavitud, al trabajo por sobrevivir, a pisarse mutuamente mientras el dinero exige "productividad" sin sonrojo y sin vergüenza. Largas colas de parados en busca de su cuenco de arroz, de la sopa boba, perdiendo autoestima y dignidad.
Ya sé que no pueden cambiar este sistema globalizado y deshumanizado, pero lo que es imperdonable es que se suban al carro y se conviertan en escribas colaboradores, dando legitimidad al sistema a cambio de su poltrona.

A mis lectores con un poco de curiosidad les recomendaría profundizaran en la historia de Haiti. ¿Como y porqué fueron los primeros en independizarse? ¿Porqué de su pobreza endémica?

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