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Zapatero: "¿Qué problema hay con que un ciudadano sea vasco navarro?"
Pregunta estúpida donde las haya. ¿Que le parecería a Vd. ser astur leonés? o ¿Vasco castellano? Portugal podríamos repartirlo entre castellanos, extremeños y andaluces.
Basta de coñas, Sr. Presidente ¿Hasta donde llegarán las revindicaciones vascas? Le aseguro que a los aragoneses de los valles pirenaicos le hacen poca gracia. Vea el mapa, se quedan a las puertas de Huesca, Lerida y Soria. Absorven Rioja, Navarra y Cantabria y, la verdad el asunto tiene cojones.
Me gustaría verle en la manifestación de Navarra, apoyando a los navarros. Me gustaría, por su parte, un posicionamiento alto y claro. Sus días de mandato presidencial, se acaban. Con dolor de corazón, porque me considero socialista. ¡¡Ay, como se echa de menos al viejo profesor!!
Decía D. Enrique Tierno Galvan: "El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla." o "La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas." La que mas me gusta es: "Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad."
Miguel Ángel Orellana: El presidente del Gobierno soltó esa frase a un empresario en La Moncloa, en un ambiente de confianza. No ve pues pega alguna en la exigencia más radical de Otegi y ETA.15 de marzo de 2007. "Pero, ¿tú tienes algún problema por decir que eres un ciudadano de Castilla y León?". La pregunta, hecha desde una cierta confianza, la planteaba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a un conocido empresario castellano leonés, en un cara a cara en el Palacio de La Moncloa. La respuesta del desconcertado interlocutor fue concisa e inequívoca: "Desde luego que no, presidente". "Entonces –prosiguió el jefe del Ejecutivo-, ¿qué problema puede haber con que uno diga que es a la vez ciudadano del País Vasco y de Navarra?". Lo malo es que Zapatero no habló por hablar. La argumentación ofrecida al empresario por el presidente del Gobierno, y de la que ha tenido constancia Elsemanaldigital.com de primera mano, es para releerla varias veces. La formación de Euskal Herria es la máxima aspiración de ETA, el verdadero tablero de la negociación con Zapatero. Lo es porque las otras aspiraciones de la banda terrorista –legalización de Batasuna y presos– los etarras las dan ya por hechas. Y últimos elementos de este tristísimo cuadro son la inminente presentación de los batasunos a las elecciones municipales y forales del mes de mayo y la excarcelación del sanguinario José Ignacio de Juana Chaos. "¿Qué problema puede haber con que uno diga que es vasco navarro?". Saltó la liebre. Zapatero parece dispuesto, a medio o largo plazo, a violentar la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución Española para que una mayoría en el Órgano Foral navarro conformada por el Partido Socialista y la "izquierda abertzale" y radical convoque un referéndum en todo el territorio de lo que la banda asesina llama Euskal Herria. Y si los navarros no se oponen, será así porque a quien redactó la disposición no delimitó el ámbito geográfico del referéndum posterior a la decisión de la anexión. Una realidad que no puede disociarse de otra: la intrínseca debilidad de un José Luis Rodríguez Zapatero que cada día se parece más a ese puñado de maíz tostado sobre el que se precipitan los halcones del nacionalismo. Y por eso mismo, en su desesperada huida hacia adelante, es capaz de poner efectivamente al Estado de rodillas, dispuesto a conceder a los etarras lo que los etarras piden. No cabe la menor duda: de la mano de Zapatero, Iruña –Pamplona- acabará siendo la capital de Euskal Herria, y la sangre de mil muertos se habrá derramado inútilmente. Y de ahí que el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y su cúpula, vayan a acudir este sábado a la manifestación convocada por el Gobierno navarro en Pamplona en defensa del actual estatus autonómico de la comunidad. En esta ocasión, Rajoy no encabezará la marcha, ni va a portar pancartas porque –oficialmente– es una "marcha institucional" convocada por el ejecutivo foral y no por UPN. Los hechos y las palabras de hoy nos conducen a unos tiempos donde el término dignidad cotizará electoralmente.
Zapatero: "¿Qué problema hay con que un ciudadano sea vasco navarro?"
Pregunta estúpida donde las haya. ¿Que le parecería a Vd. ser astur leonés? o ¿Vasco castellano? Portugal podríamos repartirlo entre castellanos, extremeños y andaluces.
Basta de coñas, Sr. Presidente ¿Hasta donde llegarán las revindicaciones vascas? Le aseguro que a los aragoneses de los valles pirenaicos le hacen poca gracia. Vea el mapa, se quedan a las puertas de Huesca, Lerida y Soria. Absorven Rioja, Navarra y Cantabria y, la verdad el asunto tiene cojones.
Me gustaría verle en la manifestación de Navarra, apoyando a los navarros. Me gustaría, por su parte, un posicionamiento alto y claro. Sus días de mandato presidencial, se acaban. Con dolor de corazón, porque me considero socialista. ¡¡Ay, como se echa de menos al viejo profesor!!
Decía D. Enrique Tierno Galvan: "El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla." o "La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas." La que mas me gusta es: "Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad."
Miguel Ángel Orellana: El presidente del Gobierno soltó esa frase a un empresario en La Moncloa, en un ambiente de confianza. No ve pues pega alguna en la exigencia más radical de Otegi y ETA.15 de marzo de 2007. "Pero, ¿tú tienes algún problema por decir que eres un ciudadano de Castilla y León?". La pregunta, hecha desde una cierta confianza, la planteaba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a un conocido empresario castellano leonés, en un cara a cara en el Palacio de La Moncloa. La respuesta del desconcertado interlocutor fue concisa e inequívoca: "Desde luego que no, presidente". "Entonces –prosiguió el jefe del Ejecutivo-, ¿qué problema puede haber con que uno diga que es a la vez ciudadano del País Vasco y de Navarra?". Lo malo es que Zapatero no habló por hablar. La argumentación ofrecida al empresario por el presidente del Gobierno, y de la que ha tenido constancia Elsemanaldigital.com de primera mano, es para releerla varias veces. La formación de Euskal Herria es la máxima aspiración de ETA, el verdadero tablero de la negociación con Zapatero. Lo es porque las otras aspiraciones de la banda terrorista –legalización de Batasuna y presos– los etarras las dan ya por hechas. Y últimos elementos de este tristísimo cuadro son la inminente presentación de los batasunos a las elecciones municipales y forales del mes de mayo y la excarcelación del sanguinario José Ignacio de Juana Chaos. "¿Qué problema puede haber con que uno diga que es vasco navarro?". Saltó la liebre. Zapatero parece dispuesto, a medio o largo plazo, a violentar la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución Española para que una mayoría en el Órgano Foral navarro conformada por el Partido Socialista y la "izquierda abertzale" y radical convoque un referéndum en todo el territorio de lo que la banda asesina llama Euskal Herria. Y si los navarros no se oponen, será así porque a quien redactó la disposición no delimitó el ámbito geográfico del referéndum posterior a la decisión de la anexión. Una realidad que no puede disociarse de otra: la intrínseca debilidad de un José Luis Rodríguez Zapatero que cada día se parece más a ese puñado de maíz tostado sobre el que se precipitan los halcones del nacionalismo. Y por eso mismo, en su desesperada huida hacia adelante, es capaz de poner efectivamente al Estado de rodillas, dispuesto a conceder a los etarras lo que los etarras piden. No cabe la menor duda: de la mano de Zapatero, Iruña –Pamplona- acabará siendo la capital de Euskal Herria, y la sangre de mil muertos se habrá derramado inútilmente. Y de ahí que el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y su cúpula, vayan a acudir este sábado a la manifestación convocada por el Gobierno navarro en Pamplona en defensa del actual estatus autonómico de la comunidad. En esta ocasión, Rajoy no encabezará la marcha, ni va a portar pancartas porque –oficialmente– es una "marcha institucional" convocada por el ejecutivo foral y no por UPN. Los hechos y las palabras de hoy nos conducen a unos tiempos donde el término dignidad cotizará electoralmente.
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