Queremos otra Justicia

Tendremos que volver a los antiguos consejos de ancianos. Al sentido común. Al ejercicio de la empatía.

Un suponer: Sergi Arola, o Artur Mas, o Jordi Pujol, o un ferretero de Cerdanyola, o un politiquillo de Cambrils, o un inepto juez de Badalona, caminan por la Gran Via de Madrid y un chulo de mierda lo increpa !!Catalán de mierda¡¡ !!Polaco de los cojones¡¡ !!Te vamos a matar¡¡ al tiempo que le lanza una patada a las narices.

¿Se lo imaginan? Una guerra civil. Pero, no era un catalán o un madrileño, era una joven inmigrante ecuatoriana.

Un zanguango, con Z de Zapatero, llamado Sergi Xavier Martín Martinez, se pasea en libertad, chulo e indolente, envuelto en su efímera fama. Leo que esta en el paro.

Si en mis manos estuviera hacer justicia, le impondría 6 meses de trabajos a la comunidad. A la comunidad ecuatoriana, en Quito, en Cuenca, en cualquier ciudad ecuatoriana. Sabría lo que es ser diferente y estar en minoría.

Y al juez que le ha puesto esa retahíla de condiciones a su vida, que no cumplirá, que nadie le hará cumplir, a ese juez que le envíen a archivar y quitar el polvo a los legajos, cambiar la fecha a los sellos de entrada y servir el café de las diez.