Los Bomberos de Madrid, hacen un alto en su trabajo y, toman las uvas al pie de la montaña de escombros que sepulta a los dos ecuatorianos desaparecidos. No hay brindis por un feliz año nuevo.
Tan solo deseos, buenos deseos para un año que nos llega amenazador. Perplejidad a pie de obra en la búsqueda de los cadáveres, los equipos de rescate sólo descansaron para escuchar doce bocinazos que anunciaron el nuevo año, dolidos por no haber hallado aún los cuerpos de las víctimas de ETA.
Con el 2006 se ha ido un año de profundos desencuentros políticos. Esperemos que el 2007 sea mas reflexivo y permita a nuestros políticos un nuevo y mejor enfoque de los problemas.
Brindemos por ello.
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