Me gusta especialmente esta palabra. Es una palabra poco utilizada. Sé que remitiré a mis escasos lectores al Diccionario. Sin embargo nos envuelve pegajosa, como un blandi-blup, nos la arrojan a la cara allá por donde vamos. Nuestros políticos están permanentemente rebozados en ella. Es contagiosa como un virus, tenemos todo un planeta enfermo de estulticia.
¿Como se cura? ¿Como desprendernos de ella? Con responsabilidad, sencillamente.
Responsabilidad es un palabra dura. Implica trabajo, cesión, esfuerzo. Reconocimiento de errores cometidos. Propósito de enmienda. Pero, no queda mas remedio, si queremos desterrar la estulticia, debemos ser mas responsables.
Entrada dedicada especialmente al ejemplo último y mas claro de la estulticia. Dª Bibiana Aido, Ministra de Igualdad.
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