jueves, 8 de febrero de 2007

Podría haberse suicidado

Llevo un día aguantando a una pandilla de pontificadores de todo y sabedores de nada dar clases de ética periodística. Haciendo una necrológica, no breve y sentida como debiera ser, sino larga, retorcida e hiriente. Repitiéndose hasta el infinito, pisándose la palabra en busca de segundos de pantalla, dando un ejemplo mas de lo bruta e insensible que es esta sociedad. Todos buscan circunloquios fallidos e inútiles para evitar la palabra. Suicidio.
Cuando un ser humano joven y sensible, nos da el portazo y se apea en marcha, todos nos sentimos consternados, y tenemos razones para ello, pues a todos nos concierne. Todos somos culpables, todos nos sentimos mal, seguramente pudimos hacerlo mejor ¿Como llegó a sentirse tan sola? ¿Tan desamparada?

Yo, que no la conocía de nada, admiro su valor. Imagino su último pensamiento, lanzando una imaginaria patada a la entrepierna de esta sociedad y gritando con furia ¡¡Ahí os quedáis, gentuza!! Por que bien mirado, que nos une a la vida; una sonrisa infantil, a la que pronto defraudaremos, una familia que te ignora, una amor egoísta, una buena comida, un buen polvo de vez en cuando. Escasos momentos de felicidad para tener que aguantar lo que hay que aguantar, deshumanización, soberbia, infelicidad, materialismo infame, analfabetos mentales amasando bienes obscenos, politicuchos de aldea con coche oficial y guardaespaldas, necesidad, hambre, dolor, enfermedad. Bien mirado, descansa en paz. Rezaré por que tu hija reciba las atenciones que, seguramente, tu no tuviste.

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