domingo, 7 de enero de 2007

Tarjeta roja y expulsión.


Vaya por delante que no soy un forofo, ni siquiera un aficionado, es mas, ni siquiera me gusta el fútbol.

Pero, anoche, jugaba el Real Zaragoza un partido que había sido publicitado como importante y, por el simple hecho de vivir en esta ciudad y estar suficientemente informado, conecte mi televisor para ver el cuarto de hora final y saber del resultado.

Primera sorpresa. Tuve que buscar por toda la parrilla la estación emisora de dicho evento, La Sexta.

Allí encontré unos comentaristas ridículos y estrafalarios (Phutbool con phatatas) que me hicieron sonrojar. (Estos acaban con este deporte, seguro) La cosa era fácil, eliminé el sonido y sintonice la radio, algo mejoró la cosa. Pero nada académico; ya no se relata como antes; como añoro a Don Matias Prats (senior), es difícil, ahora, mantener la atención con tanta publicidad casposa y sin gracia.

Me centré en las imágenes y ahí, finalmente, llego el sonrojo total. Dos tíos como dos castillos, liados a puñetazos, ¿que digo? ni eso sabían, parecían bracear en una charca a punto de ahogarse. Yo les hubiera permitido seguir con su pelea, para su vergüenza, como castigo. ¿Hasta donde habrían llegado en su irresponsabilidad?

A las autoridades deportivas les solicitaría una sanción ejemplar. Nada de dos o tres partidos. Fuera del terreno de juego por toda la temporada y, sin cobrar. Miles de nuestros niños, hijos o nietos, veían ese partido, ¿como les explicamos?.

1 comentario:

Dani González dijo...

todavía no me a dado tiempo de leer con intensidad tus post pero lo que he visto por encima me ha gustado.
tus reflexiones y comentarios me son gratos

saludos cordiales