martes, 23 de enero de 2007

Un vistazo a la calle Sr. Presidente


El sábado, día 20, en la localidad madrileña de Alcorcón de unos 200.000 habitantes, se produjeron unos hechos graves y violentos ante la sorpresa y preocupación de sus habitantes. Un enfrentamiento entre grupos de jóvenes, españoles y extranjeros, acabó con cuatro heridos por arma blanca y varias detenciones. Los detenidos son todos latino americanos. Las autoridades, socialistas, cogidas por sorpresa, no ha sabido reaccionar en consonancia con la gravedad de los hechos. No "saben" cual es la naturaleza del problema y han optado por tomar la ciudad por fuerzas policiales. ¿Tendrán todos los efectivos necesarios para aplacar la ira de los jóvenes?
Las autoridades no se enteran. Viven en un mundo irreal, leyendo a sus apologetas y sus encuestas favorables. El Alcalde de Alcorcón, ¿Tiene un estudio exhaustivo de su Padrón Municipal? Pese a que las autoridades no tengan ni idea de lo que se les viene encima, y los jóvenes reduzcan los hechos a meros enfrentamientos entre bandas étnicas, lo que realmente subyace en el fondo es, la pobreza, la desesperanza, la falta de objetivos y futuro para los jóvenes. Problemas de educación, que parten desde la escuela primaria. Falta de integración, soberbia (los pobres españoles son superiores a los inmigrantes, por nacimiento, como la realeza, ja ja). A todos ellos se les explota miserablemente con bajos salarios y bienes inalcanzables.
"La solución esta en la integración, desde los centros escolares, clama una enterada en la Tele". Pobres maestros, como nos sacudimos las responsabilidades. Se puede filosofar eternamente sobre la cuestión y no llegaremos a ningún lado.
A los jóvenes, aparte de valores educacionales, (Cuanta mas educación tengan, mayores serán sus exigencias) hay que darles perspectivas de futuro, posibilidades de independencia y realización personal. Posibilidades de integración real.
Sr. Presidente, un baño de realidad le vendrá muy bien, sumerja se en los problemas reales o le estallarán en la cara. Estamos ante un problema social de primer orden.

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